Andrés Palomino, alias Blip, (Barcelona, 1978) es una auténtico hombre del renacimiento friki. Guionista de televisión, humorista y dibujante de cómics, lleva desde 2008 publicando de lunes a viernes el webcómic Las Crónicas PSN. Sus historietas beben de los clásicos de humor en prensa, pero sus personajes no son niños que hablan con tigres de peluche o tienen perros reflexivos. Los protagonistas son sus propios amigos, frikis y treintañeros, cuya personalidad a trasladado a la web y al papel, en álbumes recopilatorios.

Su nuevo volúmen, ‘Las Crónicas PSN vol. 4: 400 gólems‘ se pondrá a la venta el próximo día 14 de abril, en el expositor de Autoeditores del Saló del Còmic de Barcelona 2011, y posteriormente en la tienda de su web. Mientras llega el día del lanzamiento, Andrés saca tiempo de su intensa vida ‘culturalmente dispersa’ para atender amablemente a nuestras preguntas.

Llevas más de 700 tiras publicadas, y coincidiendo con el Salón del Cómic editas la cuarta recopilación en papel. ¿Cuando empezaste en esto imaginaste llegar tan lejos?

La verdad es que nadie apostaba por que durase más de un par de meses con esto de las tiras cómicas. Ni yo mismo, para ser sincero, pero mira, aquí me ves, haciendo entrevistas y promocionando libros como si fuera un autor de verdad.


¿Qué te llevó entonces a empezar las Crónicas PSN?
Por un lado, el descubrimiento de los webcómics. Me impactó mucho ver que había autores que publicaban gratis en internet y podía dejar comentarios y seguirlos a diario. Me enganché al Joven Lovecraft y a partir de ahí, tirando del hilo, a otros muchos: PvP Online, Dork Tower, The Unspeakable Vault of Doom… Luego descubrí la comunidad de Webcómics en Español (WEE) y que había un montón de gente entusiasta y amateur sacando su propio cómic online, y me dije, «si ellos pueden, ¡yo también!». Muchos webcomiqueros han sido antes grandes lectores de webcómics. Aparte, suponía un reto profesional, soy guionista y quería ver si era capaz de generar una tira cómica diaria. Y por último, me apetecía mucho explotar el filón que es mi grupo de amigos frikis y reírme con y de ellos un poco…

¿En algún momento te has planteado dejarlas o, cuanto menos, tomarte un descanso? (Por supuesto, algo que tus fans no te permitirían…)
De momento no, porque recibo mucho apoyo y respuestas positivas, y eso me da muchas ganas de seguir. Gracias a las CPSN he hecho cosas que nunca pensé que haría y he conocido a gente fantástica. Aparte, una de las claves es que las tiras no las hago sólo para mis lectores, sino también para mí mismo. Tengo ganas de saber qué les pasará en el futuro a Abelman, Tonino y el resto de personajes. Así que de descansar, ¡ni hablar!

Tus tiras están inspiradas en tus amigos de toda la vida. ¿Cuesta mucho delimitar la persona del personaje?
Hay días en los que es difícil determinar dónde empieza y dónde termina el personaje, la frontera es muy sutil. Incluso a veces me da la sensación que las tiras están acentuando algunos rasgos de la personalidad de mis amigos (y la mía). ¡Da un poco de «yuyu»! Ahora estoy empezando a hacer chistes metalingüísticos al respecto de esto, he introducido una versión «auténtica» de los personajes, pero dentro de la tira. Así que ahora mismo tengo tres niveles de realidad: por ejemplo, está el Abelman «real», el Abelman «auténtico» y el Abelman «de la tira cómica». ¡Chris Nolan a mi lado es un mero aficionado!

En este cuarto tomo aparece Tiago… ¿Existe?
¡En el cuarto tomo no sale! Bueno, mentira, sale, pero en alguna de las colaboraciones de artistas invitados. Las primeras tiras de Tiago saldrán publicadas en el quinto volumen. No sé qué le veis que genera tanta expectación, la verdad…


En este tomo se incluye la saga de Abelman en las Tierras del Sueño, dibujada por autores invitados, y colaboraciones especiales como la de Manuel Bartual… ¿Cómo engañas a la gente?

Pues justamente Bartual da algunas pistas sobre cómo lo convencí para colaborar en Crónicas PSN vol. 4 en su contribución… Y no digo más, que luego dicen que hago «spoilers». La verdad es que todos los autores que han aceptado ser explotados por mí lo hacen gustosa y libremente, además de ser muy talentosos son personas encantadoras y muy, muy generosas. Me hace muy feliz contar con su ayuda.

Tú también colaboras con otros autores, como en el próximo álbum de Cels Piñol. ¿Qué tal la experiencia de ser ‘gólem’ para otro?

La colaboración con Cels ha sido muy especial, porque es uno de los autores de referencia para mí desde que veía sus fanzines en las librerías frikis de Barcelona y me decía «como mola este tío, habla exactamente de todo lo que me gusta… ¡es un Dios de la subcultura!». Las Crónicas PSN le deben casi tanto a Fan con Nata o Fan Letal como a Peanuts. Así que conocerlo y que me propusiera hacer un par de páginas para Fan Letal Vintage fue algo que todavía no me acabo de creer. ¡Y encima dándome libertad TOTAL para hacer lo que me diera la gana! Cels es un inconsciente…

Cada vez son más los webcómics que llaman la atención de las editoriales… ¿Has escuchado alguna oferta? En cualquier caso, se te ve satisfecho como autoeditor.
Los autores de webcómics que conozco que publican para editoriales lo han logrado con mucho esfuerzo, currándose un proyecto y presentándolo ellos mismos editorial tras editorial, no al revés. Es cierto que ahora tener una trayectoria en internet ayuda un poco a llamar la atención de un editor, pero si no le presentas algo consistente no sirve de nada. Los autores que están publicando en editoriales lo han logrado porque son brillantes, trabajan a tope y se lo toman con profesionalidad. Lo de publicar en internet es lo de menos. No por tener un webcómic exitoso te van a llamar todas las editoriales, ni mucho menos.

La vía de la autoedición se ajusta mucho a la dimensión que creo que tiene en este momento mi trabajo como dibujante de cómics, porque es algo casero, pequeño y totalmente controlado por mí, dedicado a mi reducido grupo de fieles lectores. No gano dinero autoeditándome, y no creo que lo haga nunca. De momento, no he recibido ofertas de ninguna gran editorial, pero sí te puedo avanzar que estoy trabajando con Aza para distribuir digitalmente los volúmenes de las Crónicas PSN a través de su sello editorial. Y hasta aquí puedo leer…


Eres guionista profesional, así que quizás lo que más llama la atención es tu evolución gráfica. ¿Cada vez le das más importancia a este aspecto? Creo que has estudiado bastante a los clásicos de las tiras…
Bueno, gracias por el cumplido, supongo que por evolución gráfica entendemos pasar de «nulo total» a «no duele demasiado a la vista»… Le doy más importancia al dibujo de lo que digo públicamente muchas veces, estoy tratando de aprender a ser un poco más profesional, dentro de mis limitaciones y de una forma totalmente autodidacta. Básicamente, ahora me atrevo a hacer más cosas y casi siempre logro dibujar lo que me imagino, que ya es mucho. Pero las Crónicas PSN nunca van a ser una tira basada en el virtuosismo del dibujo, eso lo tengo claro. Sí que me fijo mucho en los clásicos, como siempre digo, Peanuts es mi biblia de referencia, en Schulz están todas las respuestas que necesito.

Si algo caracteriza las tiras es que muchas funcionan como chistes aislados, pero has conseguido mezclar el gag con la idea de sagas, de manera que se genera expectación sobre cómo sigue la historia…
Sí, exactamente, ese es un tema que me obsesiona bastante. Procuro que todas las tiras tengan gracia y se resuelvan de forma independiente, aunque formen parte de una minisaga. Visto desde la distancia, la primera saga larga que hice, «El gran cortometraje» (CPSN vol. 1), resulta demasiado pesada y acaba de forma abrupta, cuando la terminé no quedé nada satisfecho. Luego opté por sagas más cortas y alternadas con otras, para no cansar al lector ni a mí mismo. Y funcionó mucho mejor, los lectores se enganchaban más con la historia. La saga de Minerva (CPSN vol. 2) es un buen ejemplo. Actualmente, alterno las tiras sueltas de caracterización de los personajes con 3 o 4 minisagas a la vez. Y lo divertido es que en la mayoría de casos ni yo mismo sé hacia dónde se dirigen las tramas. Muchas veces varío el rumbo dependiendo de las reacciones o las sugerencias de los lectores (tanto para corroborar sus sospechas como para ir en dirección contraria).

Como buen friki, conocías el mundo del cómic como aficionado, pero ahora conoces sus entresijos. ¿Qué sensación te llevas tras este tiempo «al otro lado» del mundo editorial?
Tampoco conozco muchos entresijos, ¿eh? La sensación que tengo de recién llegado es que entre los autores hay mucha gente maja dispuesta a ayudarte, que los profesionales que nos parecen superinaccesibles no lo son tanto, son personas de carne y hueso, y que al final esto es una profesión como cualquier otra. Pero como digo, soy un novato total.

Los premios del Saló han olvidado este año la categoría de webcómic…
¡Ahí va, los donuts! No creo que se hayan olvidado, es una postura deliberada y una manera de entender la industria. Apuesto que los premios al mejor webcómic aparecerán cuando las grandes editoriales se decidan a sacar sus contenidos en versión digital y tengan sus propios webcómics, ahí sí les interesará. En cualquier caso, lo ideal sería que no diferenciáramos entre cómic y webcómic, que un cómic online pudiera ser nominado dentro de una categoría de «Mejor Guión» o «Mejor Dibujo» al lado de las obras en papel. Eso no quita que sea necesaria una categoría de «Mejor Webcómic» para reconocer las obras que han explotado y experimentado los límites del cómic mediante internet.

¿Cómo ves que cada vez haya más dibujantes profesionales -o en camino, ya que en este mundo pocos los que se ganan los garbanzos con el cómic- que tengan un webcómic?
Algo totalmente normal. El cómic online ofrece muchas posibilidades nuevas, y es natural que los profesionales, como creadores, se sientan atraídos por ello para experimentar y sacarle partido. Lo que me extraña es que muchos no lo hayan hecho antes… Percibir el cómic en internet como una exclusiva de los autores amateur es una equivocación garrafal.

Desde hace un tiempo actúas como monologuista con tus propios textos, e incluso hablas en ellos de fútbol… ¿Eres un hombre del renacimiento friki?
Jajaja, supongo que soy una persona inquieta. Lo de los monólogos, como los cómics, es una faceta profesional nueva en la que nunca me imaginé. Todo sirve y todo se alimenta de las mismas fuentes, al final lo que soy es un creativo, un generador de contenido. Si te gustan mis cómics, seguramente te gustarán mis monólogos, y viceversa. Y si algún día escribo un libro o tengo un grupo de música u organizo una exposición, pues seguramente también te gustará. Todo gira alrededor de un mismo personaje, que al fin y al cabo soy yo mismo. Mi objetivo es convertirme en un «gurú frikisexual»…

¿Cuál ha sido la referencia más friki que has incluido en tus tiras? ¿Se quedan chistes en el tintero por ser demasiado «culturalmente dispersos» (la expresión acuñada por Marc Pastor en ‘El año de la plaga’?
No, no, que va, yo tengo muchos menos referentes que mi lector medio. Mis lectores pillan más referencias en mis tiras que yo mismo… No me preocupo demasiado por si algún referente no se va a entender. En cualquier caso, la prueba de fuego es la primera lectura que hace mi esposa, ahí detecto si la tira sirve para un público más amplio o si me he pasado de friki.

Y una pregunta friki… ¿Cuál es el último cómic en papel que has leído?
Te voy a decir los dos que tengo en la mesilla de noche junto a mi peluche de Charmander: «Bone», de Jeff Smith (la edición bolsillo de Astiberri me parece deliciosa) y «Los jóvenes según Schulz», un recopilatorio de las viñetas sobre jóvenes cristianos del más grande.